La Cena del Señor es no sólo una conmemoración sino también comunión con Cristo.
La regeneración es la implantación de vida en la persona para que pueda responder a Dios positivamente.
Dios convirtió pasitos de fe y de obediencia en una bendición enorme.
En la santificación el Espíritu Santo hace que los creyentes mueran al pecado y vivan para el Señor.