Aunque fue la cosa más vergonzosa para Pablo, él frecuentemente mencionó que había sido perseguidor de la iglesia, y lo hizo para demostrar cuán grande es la gracia de Dios. Si Dios pudo salvar a Pablo, puede salvar a cualquiera.
Como a una lámpara en un lugar oscuro, necesitamos presentar atención a las Escrituras.
Por medio de la adopción, Dios Padre nos otorga el mismo privilegio de ser hijos que Jesucristo disfruta.
Mucho aprendizaje es una cuestión de recordar las verdades que ya sabemos.