En respuesta a la primera queja de Habacuc, Dios anunció que haría una obra asombrosa.
Como muchos creyentes, el profeta Habacuc preguntó sobre la maldad en su nación.
Aunque no podemos justificarnos cumpliendo la ley sino creyendo, la fe produce el amor, y el amor es el cumpliento de la ley.
Aunque es cansado persistir en hacer el bien, existe la promesa de cosechar beneficio si no nos desmayamos.