Los dos estados de Cristo son su humillación y su exaltación.
Además de los atributos incomunicables que solo Dios posee, hay atributos comunicables que él comparte en una medida menos con los seres humanos.
El Catecismo de Heidelberg sigue siendo uno de los más queridos entre cristianos reformados por su calidez y sensibilidad pastoral.
La aparente demora de Jesús en regresar no es un problema para los cristianos sino una oportunidad.